jueves, 1 de noviembre de 2007

Del tiempo que insiste en pasar

Él raspó el óxido del teclado metálico. Se acercó a la pantalla, y la vieja computadora le dijo "Hola", una voz que hacía tiempo no escuchaba. Hacía años que no utilizaba su vieja Xmulticore AI, de la primera generación de computadoras inteligentes, con la que había aprendido a jugar al ajedrez.

Ahora, se acercó al micrófono y susurró "iniciar". La pantalla se iluminó de golpe, y el zumbido de los coolers se reactivó, penetrante.

Las nuevas máquinas lo habían alejado. Y también la rutina, debía reconocer. Ya no era lo mismo, andando por las calles con las nuevas computadoras AI Palm (AI es inteligencia artificial, en inglés). Las viejas y pesadas "multi" como se las conoció cayeron en desuso. Las nuevas Palm habían ganado en transportabilidad, efectividad y capacidad de procesamiento, y sólo habían perdido algunos detalles, como los programas de "trato humano", que simulaban tonos de voz, gestualidad y elementos paralingüísticos propios de los hombres.

Pero si permitían el vértigo. La conección a internet de 4096 MB era más de lo que el cerebro humano podía tolerar, al punto en que las máquinas hacían casi todo solas, mientras los ojos se posaban en las pantallas como hacía siglos se habían detenido en tierras distantes, monumentos imponentes, atardeceres nostálgicos.

Ahora, la "multi" le sonreía. Se sentó de nuevo, y la máquina le dijo "¿seguimos la partida?, Nicolás?".




Bienvenidos de nuevo a Varieté Arturina.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por la vuelta del blog