lunes, 29 de abril de 2013

Perdonen ustedes

Uf. Podríamos hablar de tantas cosas hoy...

El Borda. Entendemos que la decisión de demoler el predio fue ilegal. Salió en Clarín. Entendemos también que la represión es ilegal, más allá de cualquier circunstancia política. Y no nos sorprende que la Metropolitana haya actuado así.

El Dólar. El imposible legal y el blue o ilegal nos siguen desvelando, como desde que tengo memoria.

La Justicia. Presentaron el primer amparo contra las modificaciones propugnadas por el Gobierno.


Pero leímos esta nota de Juan Sasturain, y decidimos que había cosas que rescatar.

Pedir perdón es algo dificilísimo. Reconocer un error, adjuducarse una culpa. No justificarse. Por una vez nos desmarcamos de la política y hablamos de las personas. De todas.

No autoidolatrarse. "No conviene tomar demasiado en serio a una cultura que toma en serio a gente como uno" parafrasea Juan. Y se engrandece más aún.

No considerarse indispensable, fundamental, único.

Son cosas que no se ven. Casi nunca. En ningún ámbito. Pero son cosas importantes. Y se nos ocurre que muchos de los temas de los que no hablamos hoy están, de algún modo, relacionados con esta mania posmoderna de avanzar como si uno fuese indestructible, sin pedir explicación, permiso ni disculpas.

jueves, 18 de abril de 2013

Mierda por todos lados.

No quiero ser pesado con lo de los incentivos. Pero soy. (Cursivas y Negritas son mías)

"Democratic Sens. Max Baucus (Mont.), Mark Pryor (Ark.) and Mark Begich (Alaska) simply did not want to vote for this background check amendment and, by holding off their support, made the math absolutely unworkable once the likes of Republican Sens. Dean Heller (Nev.), Kelly Ayotte (N.H.) and Richard Burr (N.C.) came out against it.
And, why did they not want to vote for it? Because of the belief that doing so would hurt their chances of winning re-election next November in states that President Obama lost by significant margins and that contain large swaths of rural areas where gun rights are considered sacred"

lo que traducido significa

"Los senadores demócratas Max Baucus (Montana), Mark Pryor (Arkansas) y Mark Begich (Alaska) simplemente no querían votar por la enmienda de la revisión de antecedentes y, al no dar su apoyo, hicieron que la matemática se vuelva imposible una vez que los republicanos Dean Heller (Nevada), Kelly Ayotte (New Hampshire) y Richard Burr (Carolina del Norte) se pronunciaron en contra.
Y, por qué no quisieron votar a favor? Porque creen que hacerlo lesionaría sus chances de ganar la reelección en noviembre próximo, en estados en donde el Presidente Obama perdió por márgenes significativos y que contienen grandes áreas rurales en donde los derechos a portar armas son considerados sagrados"

No votaron la ley que el partido que ellos representan impulsaba, porque suponen que eso les hará perder la elección.

(Cabe recordar que entre el 80 y el 90% de los estadounidenses están a favor de controlar los antecedentes de quienes compran armas).

miércoles, 17 de abril de 2013

Our crap

Vuelvo sobre la cuestión del anterior post, a propósito de una nota del Washington Post.

Se trata de Wonkbook, un blog que capitanea Ezra Klein, un analista político bastante conocido, que escribe además en Bloomberg cada tanto.

En su nota, Klein dice que habitualmente se piensa que para lograr algún fin en particular, los presidentes tienen que liderar la cuestión. O sea, el mandatario se tiene que poner al frente de la iniciativa. El éxito de uno y otra están, obviamente, emparentados.

Sin embargo, en la actual discusión sobre una nueva ley inmigratoria, Obama no está liderando, sino, más bien, apuntalando desde atrás el esfuerzo de 3 senadores, de los cuáles 2 (John McCain y Marco Rubio) son republicanos. O sea, opositores.

Cualquiera diría "Pero Obama, querido, le estás dando de morfar a un potencial candidato presidencial opositor!". Como si acá el oficialismo le diera aire a Ricardito Alfonsín, ponele.

Al respecto, traduzco literal un párrafo de la nota de Klein:

"El liderazgo presidencial es una fuerza polarizadora. El científico político Frances lee mostró que cuando los presidentes toman partido aún en cuestiones que no son controversiales, las posibilidades de una votación partidaria se disparan. Al hacer campaña por una idea, el presidente relaciona el éxito de la moción con el suyo propio. Dado que el éxito de un presidente influye en el éxito de su partido en las próximas elecciones, habitualmente significa la derrota del partido opositor. Por lo que el partido de la minoría, que obviamente no quiere perder, tiene pocos motivos para cooperar".


(N del T: ¿No les da un poco de escalofríos que en el párrafo anterior en ningún momento entre en juego que la idea a defender sea buena, positiva, importante?¿No debería ser ese un "motivo" para cooperar?)

Klein dice que el hecho de que Obama apuntale esfuerzos bipartidarios para lograr la ley inmigratoria le da incentivos a la oposición para apoyarla, dado que parte del rédito político (o sea, los potenciales votos) van para un presidenciable republicano, y al mismo tiempo le permite cumplir una promesa de campaña.

Estamos de acuerdo. Y tenemos algunas reflexiones que agregar:

 - Obama está poniendo la importancia de esta ley por encima de la prevalencia de su partido. Esto es tristemente excepcional.

 - No podemos sacarnos de la cabeza la idea de que los opositores (que en este caso son republicanos, pero podrían ser cualquier partido opositor en casi cualquier lado, incluyendo aquellos que hoy son gobierno) apoyan la idea porque les reditúa, y no porque la crean correcta. Los incentivos siguen siendo electorales.

Mientras los incentivos sigan siendo electorales, vamos a estar mal. Nos lo digo a nosotros, que somos los electores.


martes, 9 de abril de 2013

Nuestra mierda

Hoy estaba escuchando la radio. En Rock & Pop Ernesto Tenembaum señalaba, con razón, que era más importante invertir en obras hidráulicas para evitar inundaciones que en rutilantes estadios de fútbol.  Y expresaba una idea que, si la entendí bien, era esta: da más "rédito político" hacer un gran estadio que una cloaca o un entubamiento.

Desde chico, cada vez que se acercaban elecciones, los adultos decían "están asfaltando/pintando/mejorando, se nota que vienen elecciones". Gobernar es hacer obras, djio alguna vez alguno por ahi.Yo, de 10 u 11 años, me preguntaba que había de malo en arreglar las calles.

A medida que fui creciendo me fui dando cuenta de las cosas que estaban mal, y que nadie arreglaba, ni por elecciones ni por ningún otro motivo. Entre ellas, los problemas infraestructurales de las ciudades. Como las inundaciones. Sin embargo, dirigentes de todo nivel volvían a arreglar calles, plazas y asfaltos cada vez que se aproximaba una elección. Y seguían negligiendo lo otro. Todo esto, con resultados similares.

Los gobiernos implicados en la última inundación renovaron sus mandatos con holgura. Mauricio Macri sacó más de 47% en primera vuelta y más del 64% en la segunda. Scioli consiguió un 55% de los votos y Bruera sacó el 35% de los votos en su reelección en La Plata. A nivel nacional, el FPV obtuvo el mentado 54%. Del mismo modo, la mayoría de los oficialismos retuvo sus mandatos en todos los niveles.

Tenembaum le reclama a Bruera que salga a decir que ni la Provincia ni la Nación le avalaron obras hídricas porque en 2009 jugó en contra del oficialismo, y le están pasando factura, una especie de deslinde de responsabilidades a la PRO. Y que si no, se dedique a otra cosa. Y que los políticos se dediquen a hacer las cosas que hacen falta y no aquellas que les dan "rédito político" porque si no "la política es una mierda".


La política es una mierda.


¿Qué es el rédito político? ¿Son patacones? ¿billetes de curso legal? Si no me equivoco son votos. Un político quiere alcanzar altas esferas de poder, del mismo modo que un médico quiere alcanzar excelencia en su profesión. El médico necesita curar gente. Y el político necesita que lo voten. Para que lo voten tiene que hacer cosas que le den "rédito político". Entonces, se manda tremendo estadio en medio de una zona humilde.

De antemano reconozco que el párrafo anterior es una tremenda simplificación, pero me permito seguir elaborando sobre él, porque es, también, un análisis muy común.

Impugno, primero, la base de la idea. No estoy seguro de que estadios den más rédito político que obras de infraestructura.  No puedo decir que no, pero tampoco que si. Imaginen un jefe de gobierno que solucione definitivamente el problema del tránsito en la ciudad.

Ahora bien: supongamos que nos atenemos a la idea base. Cuando vienen las elecciones, asfaltá, cambiá semáforos, y construí estadios. Eso te da rédito político.

¿Si un político quiere hacer carrera, va a besar bebés o va a decir que le dan asco? ¿Va a estrechar manos con confianza, o se va a poner alcohol en gel después de cada una? En definitiva ¿va a construir estadios o cloacas?

¿Quienes damos el rédito político? Nosotros, muchachos. Nosotros. 

Somos nosotros los que aplaudimos el estadio y no la cloaca. Somos nosotros los que vivamos el recital gratuito que se hace con plata destinada a otros medios. Y somos nosotros los que nos rasgamos las vestiduras cuando, luego de eso, se nos mete un metro de agua en casa.

Entonces nosotros decidimos participar, ser solidarios, donar. Pero ese ejemplo de civismo se apaga con el último camión donado. Y volvemos a pensar en cada uno, hasta la próxima catástrofe.

Y ya se que nadie se va a poner dentro de ese "nosotros". Pero evidentemente alguien lo compone. Porque allí están.

¿Tenemos los políticos que nos merecemos? ¿Somos nosotros, también, una mierda?




viernes, 5 de abril de 2013

Pepe

Muchos de los posts de este blog están en plural. Pero este lo escribo yo, Nicolás Arturi.

Me encanta Uruguay. Me encanta ir allá, tengo amigos entrañables allá. Admiro el proceso político que están viviendo, un proceso que, creo, fue posible gracias a la concientización de los hermanos uruguayos, y gracias al empujón que Latinoamérica le dio a muchos procesos parecidos.

Se que muchos uruguayos desconfían de los argentinos. Y que les toma tiempo bajar esa guardia. Y considero, personalmente, que es un prejuicio que nos hemos ganado, de algún modo u otro. 

Prefiero cualquier día a Pepe Mugica que a casi cualquier otro político. Considero que, con tipos como Pepe, es mucho más lo que se gana que lo que se pierde.

Pero a veces lo que se pierde es mucho.

Hago estas aclaraciones porque lo que voy a decir a continuación es en contra del Pepe. Y hasta ahora he hablado de él, pero no mucho, porque no da que hablar. Lo que, en un presidente de una república, es bueno, a mi gusto. 

 En 2010, el Pepe Mugica dio una serie de entrevistas que derivaron en un libro que se llamó "Coloquios", escrito por el periodista uruguayo Alfredo García. En el libro se editaron frases de Pepe respecto de la Argentina, como por ejemplo estas:

“Los Kirchner son peronistas patoteros”, Carlos Menem es un “ mafioso y ladrón”, los radicales son “muy buenos tipos, pero nabos”, y los argentinos son “ tarados” y tienen reacciones de “ histéricos, locos, y paranoicos”.

Hubieron varias desmentidas y aclaraciones. La oposición uruguaya, en plena campaña, salió a aprovechar el error de Pepe, y muchos en Uruguay creen que el balotaje al que tuvo que someterse Mugica fue desencadenado por el escándalo del libro. Wikipedia rescata el hecho.

La Murga La Mojigata le dedicó una parte de un cuplé en su espectáculo de 2010, uno de los más memorables que he visto en el Velódromo montevideano:

“Me gusta la gente / que cuando te habla / te mira a los ojos te mira de frente / y nada se calla / y da un reportaje / que sale en un libro y como un pelotudo / se va al balotaje”.


Las relaciones entre uruguayos y argentinos han sobrevivido a más de un quilombo. Y, estoy seguro, seguirán sobreviviendo. Lo que me preocupa es que el Frente Amplio pueda volver a sufir por el furcio del Pepe.

Y acá sale una distinción: no importa lo que un presidente de una república piense de otro presidente de otra república. Importa si lo dice en vivo o no. Si Pepe dice que Menem es mafioso y ladrón, por más que lo sea, no está bueno. Creo que ni Obama le dijo mafioso y ladrón a Ahmadinejad (aunque a lo mejor Bush si, pero bueno, justamente). Está claro, no estoy defendiendo al mafioso y ladrón de Menem! Pero yo no soy presidente.

Por eso mi deseo es que el Frente siga en Uruguay. Y que el Pepe siga siendo referencia en la política latinoamericana, como hasta ahora.

Me siento confiado de criticar al Pepe desde este lugar, porque él se permite criticarse. Y eso es muy bueno.

Cierro, entonces, con una frase de su cuño:

“no se achiquen compañeros, quiéranse mucho, pero no tanto para perdonarse las cagadas”



jueves, 4 de abril de 2013

Lluvia


Pocos de quienes leen este blog asiduamente tendrán dudas respecto de la desfavorable opinión que tenemos aquí de la fuerza política gobernante en la Ciudad de Buenos Aires (con suerte, eso no hará que nos etiqueten como “K”; tampoco tenemos una opinión favorable de ellos, pero ese es otro tema).

Aclaramos esto porque, si alguien no lee esto hasta el final, puede entender una defensa del macrismo. No lo es.

Vamos entonces.

Las lluvias de los últimos días están entre las más tremendas de las que se tenga registro. La cantidad de milímetros caída duplicó la anticipada por el Servicio Meteorológico en base a modelos climáticos en la Ciudad. Cayeron más de 150 mm en algunas zonas, y en La Plata ese nivel se duplicó. (Acá dejo infografías de La Nación sobre la tormenta en Bs As y La Plata). Se entiende que proveer para semejantes extremos es imposible. Si no, recuerden lo complejo que resulta utilizar cualquier servicio en momentos de demanda pico (sms el día del amigo, pónganle).

Sumamos. Seguimos.

Todos los días, TODOS, hay problemas con el transporte. Trenes que no funcionan. Subtes que no funcionan. Calles colmadas. Colectivos que se llenan y no paran antes de llegar a la mitad de su recorrido. Ustedes completen el nombre de la ciudad.

¿Hace calor? Colapsa el sistema eléctrico ¿Frío? No hay gas.

Todas estas alternativas golpean siempre con más fuerza a aquellos que menos fuerza tienen. El frío se siente mucho más sin campera; y más aún sin comida.

Ante esto, reclamos. Válidos reclamos. Necesarios reclamos. Reclamos que, sin embargo, generan dolor y división entre reclamantes, y desinterés entre destinatarios.

Tenemos dos preguntas:

¿Qué hace falta para que alguien piense en un plan integral? Un plan que solucione los problemas de una ciudad que no da para más. Buenos Aires llegó hasta acá. Esto es todo lo que nos puede dar. No podemos borrar la Gral Paz y correrla unos kilómetros. No podemos ganarle más terreno al río. Y más importante, esas posibles soluciones no son ni soluciones ni posibles. Porque la respuesta no es agrandar la ciudad.

La respuesta es achicarnos nosotros.

Esto es lo que debería tener en cuenta un plan integral. Debería tomar decisiones que molestarían (no más autos particulares, trenes sólo bajo tierra), decisiones que expertos deberían indicar y políticos deberían implementar, pese al costo político inmediato.

Y que los ciudadanos deberíamos reclamar. Es necesario dar un paso de conciencia, y empezar a reclamar más por aquellas cosas que nos dañan más. Es necesario buscar alternativas para el reclamo y la participación. No es solamente un derecho. Es una obligación.  Y es una obligación bancarse medidas que hoy molestan, pero que en el mediano plazo hacen el lugar en donde vivimos más habitable.
Y esta es la segunda pregunta: ¿qué hacemos? La clase política, evidentemente, no será la solución, al menos por ahora ¿qué nos toca? ¿Revolución armada? ¿Votamos todos en blanco?  Es una pregunta honesta, sin chicanas. El que tenga una idea, tírela. Estamos desesperados.


Hasta acá se registraron 54 muertos en el AMBA y en La Plata.

Repito. Se murieron 54 personas. Porque llovió fuerte, se murieron 54 personas.